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Arquitectos: Taller de Arquitectura X / Alberto Kalach
- Área: 450 m²
- Año: 2020
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Proveedores: Basaltex, Cemex
Descripción por David Basulto. El TEC de Monterrey innova en la manera de educar, enfocándose en un currículum que busca de manera flexible y dinámica ajustarse a los rápidos cambios de la sociedad, para entregar a los estudiantes las competencias necesarias para enfrentarse a estos. Dentro de su visión 2030 también entiende que la formación es integral, y con el foco en las personas y su salud mental, alberga un espacio con un programa muy particular y atingente: la pausa y la reflexión.
Es así como surge el Espacio de Reflexión, diseñado por Alberto Kalach y Raquelt Font de Taller de Arquitectura TAX, una estructura de hormigón ejecutada con impecabilidad que genera una serie de espacios que conjugan la escala humana, materia, luz y la potente geografía del valle de Monterrey, a lo largo de una promenade arquitectónica con una serie de experiencias marcadas donde se desenvuelve el programa.
El proyecto se sitúa en uno de los bordes del Campus, que bajo el plan maestro Districto TEC se ha ido haciendo cargo tanto de la infraestructura necesaria para los estudiantes y su desarrollo, tanto como con la relación con la ciudad. Junto a un rediseñado acceso secundario, el proyecto se hace cargo del potencial de un pequeño lote, donde unos árboles existentes y la presencia de la Sierra sirven como punto de partida para definir el orden de una serie de volúmenes y planos de hormigón.
La promenade parte al fondo del zócalo, donde un pequeño espacio rodeado de pesadas cortinas es capaz de sacar al usuario del contexto. El silencio pareciera desacelerar el tiempo, generando un espacio único de reflexión. A lo largo del zócalo, una altura controlada y luz natural tamizada aprovechan el juego de sombra y luz para generar espacios adecuados para la meditación.
Continuando como una espiral alrededor de la estructura del hormigón, la promenade se desenvuelve ahora a través del juego entre los planos de hormigón, la marcada luz del sol y la sombra de los árboles, cobijando distintas situaciones para una pausa dentro de los recorridos del Campus, tanto de manera individual como grupal. Esta especial relación con la particular luz de Monterrey se logra gracias a un tono especial de concreto desarrollado junto CEMEX.
A medida que se avanza hacia el espacio más característico del edificio, los planos a lo largo del recorrido se vuelven más estrechos, comprimiendo el cuerpo e intensificando la altura, para luego volcarse a un espacio donde color, masa, y agua dan lugar a un espacio monumental donde el “yo” se reduce al mínimo.
Completamente abstraídos del entorno del campus, los visitantes son puestos en este nuevo contexto donde una caída de agua desde el plano superior genera una atmósfera que te saca de contexto. Y es así como se llega al final de la promenade, un ágora de escala monumental que logra el mismo efecto del primer pequeño espacio del zócalo, pero de manera opuesta.
Con una pendiente ascendiente es capaz de eliminar cualquier referencia del Campus y de la ciudad, y enmarcando el macizo de la Sierra pone al visitante en una situación única de reflexión frente a lo vasto de la geografía.
Es así como el uso delicado de la masa, la luz y la geografía dan lugar a un programa único, y lleno de experiencias sensoriales para aportar al bienestar y desarrollo de la comunidad del TEC.